Todavía la guerra civil marca cierta dinámica en la vida de los cementerios produciendo controversias por los recuerdos y mensajes políticos remanentes en piedra. La mención de determinado bando en la razón del fallecimiento o el vandalismo no reparado por parte de alguna de las Españas son razón suficiente para generar noticia 70 años después.
La familia de Santiago Martín Romero, fusilado al inicio de la Guerra Civil, denunció el miércoles en los juzgados de Béjar que un grupo de desconocidos ha arrancado la lápida en la que se leía: “Asesinado por falangistas en Las Gargantas el 24 agosto de 1936”. http://politica.elpais.com/politica/2012/10/11/actualidad/1349983030_074139.html
Las dos lápidas y la cruz conmemorativa que recordaban a las 109 víctimas del bombardeo del 7 de noviembre de 1938 no volverán a colgarse en el muro de la entrada principal del cementerio de San José, cuya reconstrucción se ultima en estos días. http://andaluciainformacion.es/andalucia/247123/destrozan-lapidas-en-un-cementerio-para-robar-los-jarrones-de-bronce/
Debido a la carestía del suelo, el incremento de la población en los núcleos urbanos se viene produciendo una general falta de espacio funerario en los cementerios. Aparte del considerable incremento del precio y limitaciones en el tiempo a la hora de adquirir una parcela, la incineración se ha convertido en una práctica habitual.
Son los nichos y los columbarios el principal medio de los camposantos para alargar su vida continuando dando servicio a una población que desea ser enterrada en las localidades que les vieron nacer y reposar sus restos al lado del de sus ancestros.
El tradicional puente o fin de semana largo de Todos los Santos comprende los días en los que son más visitados los cementerios. La gran afluencia de público suele hacer que se restringa la instalación de nuevas sepulturas durante estos días de forma que los cementerios presenten su mejor imagen en acceso y limpieza.
El pasado 23 de Octubre la empresa Cementerios de Barcelona puso en marcha el nuevo sistema de información de cementerios. Por 100 euros adicionales ofrecen a los familiares del difunto la colocación de un código de barras de dos dimensiones, código QR, el cual permite consultar la información biográfica de sus seres queridos.
Si el principal objetivo del arte funerario es honrar a los muertos y mantenerlos frescos en la memoria a los que se quedan, el código QR viene a facilitar, enriquecer y perdurar la vida del fallecido.
Este servicio se encuentra en marcha en Les Corts, Poblenou y Sarriá y se complementa con una búsqueda electrónica de la sepultura en los paneles de entrada de los cementerios.
